¿Te has preguntado por qué Facebook cambió su nombre a Meta? A menos de que hayas sido un ermitaño los dos años pasados, habrás oído, leído, visto o escuchado hablar del “metaverso”. El metaverso no solo es la razón del cambio de nombre del gigante de las redes sociales, sino que es el siguiente paso en la interconexión humana. Algunos lo llaman Internet 2.0 y para otros no es más que un videojuego o una idea. Pero, ¿qué es el metaverso? y ¿por qué necesitas entenderlo independientemente del negocio en el que trabajes?

Suena muy similar al multiverso del que hablan las películas de Marvel, pero no los confundas. Primero que todo, el metaverso es algo que todavía no existe. No existe del todo. Sin embargo, esto no ha impedido que gigantes como Microsoft, Apple, Google y la potencia tecnológica china Tencent hayan volcado sus desarrollos hacia el metaverso.

¿Qué es el metaverso?

A grandes rasgos, el metaverso es un mundo digital al que accederemos con ayuda de dispositivos tecnológicos y con el que podremos interactuar en tiempo real con otras personas.

Si fuiste un fanático de los videojuegos es probable que, por el año 2003, comenzaras a escuchar sobre la creciente moda de Second Life, un videojuego que te permitía, como su nombre lo indica, vivir una segunda vida digital en la que haces o tienes cosas diferentes.

En este videojuego, creas un avatar (una representación digital de cómo quieres verte dentro del juego) y luego, simplemente, vives una ‘segunda vida’. Esto significa que podías tener mascota, pareja, amigos, ir a un club virtual a bailar, jugar tenis o… comprar una casa. Y piénsalo un poco, porque acabo de decir que, con dinero real, podías ser dueño de un terreno virtual donde tu avatar podía vivir.

Si esta idea te suena conocida, es porque ha sido un tema recurrente en la cultura popular, con novelas y películas que tratan justamente de mundos digitales, como Tron, ExistenZ, Matrix, Ready Player One o la novela Snow Crash -siendo esta la obra en la que se acuñó el término ‘metaverso’-.

Precisamente, la idea del metaverso del que se habla ahora es algo muy similar al que vemos en estas obras: un mundo virtual en el que podrás interactuar con otras personas y acceder a productos y servicios como vivienda, educación y entretenimiento.

Para Matthew Ball, autor del libro ‘The Metaverse: And How it Will Revolutionize Everything’, el metaverso es “una red de mundos virtuales en 3D creados en tiempo real a escala masiva y de manera interoperable, que puede ser experimentado persistente y sincrónicamente por un sin número de usuarios con un sentido de presencia individual”.

O, en palabras más sencillas: “una versión en tres dimensiones de la Internet y la computación a gran escala”.

El metaverso es un terreno no explorado para los negocios (más o menos)

El metaverso es una oportunidad de negocios infinita porque todavía no existe. Justamente, lo que están haciendo todos los gigantes tecnológicos es comenzar a hacer realidad el mundo digital, paradójicamente. A pesar de que todavía no tenemos nada cercano al videojuego inmersivo OASIS que relatan en Ready Player One. Todavía.

Videojuegos como Fortnite o Roblox llevan años construyendo sus propios metaversos rústicos. Espacios digitales a los que comunidades de millones de personas entran para interactuar entre ellos ya sea chateando, jugando videojuegos o adquiriendo ropa para sus avatares por medio de una moneda interna del juego, que puedes conseguir jugando o con dinero real.

Otro ejemplo son plataformas de gaming y socialización donde puedes ganar dinero en forma de criptomonedas como Ethereum o The Sandbox. Estas son mucho más parecidas a lo que fue Second Life, pues allí, incluso, puedes comprar zapatos, ropa, imágenes, canciones, clases y hasta lotes de terreno digitales en los que construir tu casa virtual.

Pero, ¿por qué alguien pagaría dinero por una obra o unos zapatos digitales que, de todas formas, podría descargar gratuitamente? Aquí es donde entran en escena los NFT.

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Te recomendamos este episodio del podcast de Harvard Business Review, dirigido a líderes que necesitan aprender -a velocidad de la luz- sobre el metaverso.

¿Qué diablos es un NFT?

No le demos más vueltas al asunto. Esta es la sigla en inglés para ‘Token no fungible’. De forma muy resumida, esta categoría de información significa y garantiza que un archivo digital es único e irrepetible en la web. Nadie más, salvo el comprador, puede tener ese único archivo. De esta manera, un archivo NFT se vuelve un bien o un patrimonio.

La idea detrás de esta categoría de información digital es poder intercambiar bienes y servicios (digitales, perdón la redundancia) a cambio de un valor. Así, un NFT puede ser prácticamente todo: una canción, un saco para tu avatar, una imagen digital o, por qué no, una obra de arte.

Un ejemplo de esto es el caso de Beeple, un artista que, en 2021, subastó el NFT de un collage con 5.000 de sus obras (todas digitales) en la Casa Christie’s por 69 millones de dólares. Así es: alguien pagó casi 70 millones por una obra de arte que no puede tocar con sus manos, pues no existe físicamente en el mundo.

Esta es una imagen copiada de la obra ‘EveryDay – The First 5000 Days’ de Beeple, pero no es su NFT.


La noticia de la multimillonaria venta causó lo obvio: todos querían vender cualquier NFT de cualquier cosa, desde el Gato Nyan, hasta el primer trino de Jack Dorsey, fundador de Twitter, porque notaron que puedes vender lo que quieras, si alguien está interesado.

Esto ha causado una avalancha de usuarios y compañías que se han volcado a explorar y explotar este nuevo mercado. Así, tenemos a empresas como Nike, que en mayo de este año vendió el NFT de unos tenis digitales por 134.000 dólares.

Pero no solo es Nike, Blenciaga, Gucci, Louis Vuitton y hasta Givenchy han comenzado a pisar fuerte en el metaverso. Te preguntarás, ¿haciendo qué? Lo que siempre han hecho: diseños de moda exclusivos. Solamente que, en lugar de pensarlos para una persona en el mundo físico, diseñan para avatares, casas virtuales o videojuegos.

De hecho, muchos medios especializados advierten que el metaverso es la fiebre del oro del Siglo XXI.



¿Hay espacio para mi negocio si no tiene que ver nada con videojuegos?

¡Claro que sí! Matthew Ball advierte que el metaverso no es una ola, sino una tendencia. No hay afán de que te subas ahora o más adelante será demasiado tarde. Recuerda que el metaverso se está construyendo. Así que hay espacio para todos.

Aunque sectores como los videojuegos, la inteligencia artificial o la realidad virtual tienen una evidente ventaja sobre los servicios que pueden prestar en el metaverso, las oportunidades abundan en muchísimos otros sectores. Expertos señalan trabajos en publicidad, diseño, comunicaciones y arquitectura entre los más evidentes; pero también algunos más específicos como diseño de experiencias, moda, educación, cultura y entretenimiento.

Wave Presents: Justin Bieber - An Interactive Virtual Experiencerevisar esto

Pero hacer una lista de oportunidades de negocio en el metaverso sería imposible, porque el metaverso más que una obligación, es una “oportunidad para generar nuevos negocios, siempre que sepan acercarse y entender el nuevo comportamiento de sus consumidores y las nuevas necesidades que generará esta nueva realidad inmersiva que combinará la existencia física y digital”, como explica Jonathan Escobar, director de ActioGlobal, una empresa de digitalización y transformación organizativa.

En todo caso, piensa que si sientes que nada de esto tiene sentido y no sabes cómo puedes acercar tu negocio al metaverso, acá puedes ver una lista para estimular la creatividad. Y recuerda que, si todo lo demás falla, en 2021 alguien pagó 85 dólares por una el NFT de un audio de 52 minutos de duración con sonidos de… sí: pedos.