¿Sabes cuántas veces has revisado tu celular hoy o cuánto tiempo has pasado en redes sociales? Es posible que nunca lo hayas pensado y que creas que tu consumo de redes sociales es normal pero, ¿qué tal que esta constante estimulación esté alterando tu visión de la realidad? Incluso, es posible que esté cambiando a la sociedad entera. 

En promedio, los estadounidenses revisan su celular 144 veces cada día y diversas investigaciones han comenzado a relacionar el consumo compulsivo de información con una crisis de salud mental que está creciendo en la sociedad, particularmente entre adolescentes y mujeres jóvenes. Por eso, si la posibilidad de una tercera guerra mundial ha cruzado por tu cabeza o pasas horas leyendo sobre la crisis climática buscando alguna solución, es posible que tengas una relación problemática con las redes sociales.

A esto se le conoce como doomscrolling y consiste en quedar “enganchado” a contenido negativo aunque nos genere estrés y nos mantenga en un estado de alerta constante. Aunque parezca una actividad cotidiana, el doomscrolling tiene impactos negativos en la salud física y mental de las personas.

Precisamente, una encuesta hecha en 2022 por Healthline mostró que el 25% de las personas siente que las redes tienen un efecto negativo en su bienestar mental y un 53% respondieron que reducir su uso podría ayudar. Pero, entonces, ¿por qué cuesta tanto romper el círculo vicioso del consumo de redes sociales?

El estrés es adictivo y las redes sociales son estresantes

De acuerdo con el profesor en ciencias psicológicas de la Universidad de Vermont, Matthew Price, el estrés no desaparece simplemente. Si a tus preocupaciones diarias le sumas el peso del cambio climático o un nuevo conflicto a punto de estallar, el estrés va a permanecer contigo durante todo el día, incluso si dejas de ver redes sociales.

“Algunos trabajos que hemos hecho han mostrado que el consumo compulsivo definitivamente incrementa tu estrés en el momento. También podría incrementar el estrés a lo largo del día. Cuando haces doomscroll, se vuelve mucho más fácil llegar a tu límite que cuando no”, afirma Price.

Incluso, es posible que este consumo exacerbado de redes sociales afecte la percepción de la realidad, de acuerdo con Bethany Teachman, profesora de psicología de la Universidad de Virginia. 

“Creo que parte de lo que está pasando es que la mayoría de  las noticias tienden a ser negativas, por lo que nos genera esta sensación de que estamos en un constante estado de peligro, de que somos vulnerables y de que el mundo es un lugar muy peligroso”, explica Teachman.

La experta sostiene que desconectarse de las redes sociales puede ser un buen primer paso para controlar los factores que nos producen estrés. Pero, ¿cómo?

Pasos para un detox digital exitoso

Lo mejor sería que puedas desconectarte completamente de las redes sociales al menos por una semana. Las vacaciones o un viaje son el pretexto perfecto para esto, pues puedes estar lo suficientemente estimulado como para no necesitar de la dopamina que genera tu cerebro cada vez que revisas el celular (y que produce la sensación de felicidad).

Para hacer más fácil este detox, el profesor de psicología de la Universidad de Strathclyde, David Robertson, recomienda avisar a amigos y familiares que seguirás estando disponible para llamadas y mensajes de texto. 

También sugiere pensar en técnicas de distracción, pues de acuerdo con una investigación en la que participó, una de las razones por las que los participantes recayeron en el uso de redes sociales fue porque no pudieron encontrar una actividad alternativa para distraerse. “Si estás tomando un detox, trata de reemplazarlo con algo ―ver personas en la vida real, ese tipo de cosas―”, sugiere Robertson.

Pero si una semana sigue pareciendo demasiado para ti, recuerda que incluso reducir el uso de pantallas durante una hora al día puede mejorar la concentración y la memoria. Por eso, te recomendamos las siguientes aplicaciones que pueden ayudarte a controlar los estímulos de las redes sociales y el tiempo que pasas en estas:

Además, si el inglés no es un problema, la Clínica Mayo ofrece Slim your screen time, un programa de dos meses para hacer en casa que motiva a que pases más tiempo explorando, jugando y haciendo conexiones

Sin embargo, el secreto para tener una mejor relación con las redes sociales puede estar oculto en la filosofía de Ricitos de Oro: ni muy caliente ni muy frío.

La medida Ricitos de Oro

Un pequeño estudio hecho en 2022 por la Universidad de Bath en Reino Unido a 154 trabajadores mostró que, en general, las personas que no utilizaron sus redes sociales por una semana se sintieron más felices y menos ansiosos y deprimidos al finalizar la semana. 

Algo similar mostró otra investigación del mismo año que, además, confirmó que las personas que dejaron de usar sus redes por una semana no tuvieron mayor urgencia de revisarlas o deseos aumentados de consumir aún más, que serían síntomas claros de una adicción.

Sin embargo, este último estudio también mostró que así como emociones como la soledad, el Fear of Missing Out (FOMO) y la autocomparación bajaban durante el periodo de abstención, también se reducían los niveles de negatividad propia de los participantes.

“Esta perspectiva tan matizada de los efectos emocionales al limitar el uso de redes sociales también sería consistente con la hipótesis Ricitos de Oro sobre el uso de pantallas digitales, la cual postula que una cantidad moderada de uso de redes sociales puede ser beneficioso para el bienestar mental”, sostienen los autores.

De hecho, de acuerdo con un reportaje de The Guardian, las personas que abandonan las redes sociales durante meses e incluso años, tienden a volver a ellas, pero con reglas específicas y estrictas que tratan de seguir. Por ejemplo, limitar el tiempo en redes sociales al día o cambiar las configuraciones de privacidad (o alguna de las aplicaciones que te compartimos más arriba) para que la aplicación sea menos estimulante.

Un último empujón: piensa local

Si aún no te animas a aprovechar la navidad para reducir tu uso de redes sociales, este reportaje del Washington Post sobre personas que tomaron esta decisión concluye con una poderosa reflexión: es posible que dejar las redes sociales no sea la cura para la sociedad y sus problemas, pero puede ser una forma de salvar tu salud mental.

Además, pensar y vivir de forma más local puede ayudar. Por eso, el profesor Matthew Price sugiere actuar más localmente en asuntos que te preocupen, porque de otra manera las situaciones pueden sentirse demasiado lejanas y demasiado difíciles de solucionar. “Tal vez no puedas terminar la guerra, pero es posible que puedas ayudar a alguien en tu comunidad o lograr que tu comunidad ayude en un problema más grande”.