Escoge uno de los dos: ¿Trabajar un lunes en la mañana o el viernes en la tarde? Vamos a leer tu mente y adivinar que escogiste el viernes en la tarde. ¿Cómo lo supimos? La verdad es que no sabemos de prestidigitación, pero sí le prestamos atención a los fenómenos laborales como el que hace que la mayoría de personas prefiera los viernes, conocido en inglés como Sunday Sacaries o Monday blues. Esta idea se refiere a la ansiedad o temor que surge los domingos en la tarde y los lunes por la idea de una nueva semana laboral, con los retos, responsabilidades y consecuencias que esto implica.

Esta idea no es solo una sensación que sienten algunas personas, sino que es un fenómeno psicológico real, como demostró un estudio hecho por profesores de la Universidad de Haifa en 2020. Allí, se demostró que el gusto y la productividad de los empleados por su trabajo no es igual todos los días de la semana. 

“Los viernes los empleados son mejores en manejar e incluso ignorar los factores estresantes, pues saben que esta exposición al estrés está por terminar al final de la semana. Los lunes, por otro lado, los factores estresantes que se encuentren tienen el potencial de permanecer los siguientes días, y los empleados pueden percibir su habilidad para lidiar con estos factores como más lenta. Por lo tanto, consideran el factor estresante más severo y, en consecuencia, experimentan menos satisfacción laboral”, explica la investigación.

Además, la pandemia y las modalidades híbridas y remotas de trabajo pudieron haber incrementado esta sensación. De acuerdo con una encuesta de febrero de 2023 hecha por LinkedIn, el 75% de los trabajadores tienen esta sensación al comenzar la semana

Sin embargo, los lunes no tienen que ser sinónimo de ansiedad y miedo. De hecho, para el magnate de los medios y emprendedor indio, Vineet Jain, los lunes son el día perfecto no solo para ser productivos, sino para ir presencialmente a la oficina.

¿El lunes es el mejor día para ir al trabajo?

Según explica Jain, las mañanas de lunes en trabajo remoto no son igual de productivas porque el tiempo se puede escurrir en acciones pequeñas como dormir de más, hacer desayuno, ponerse al tanto en mensajes de colegas, organizar las prioridades, etc.

Además, si bien el modelo híbrido ha traído muchas ventajas, una de ellas no ha sido la productividad al comienzo de la semana. “En el peor escenario, los lunes en la casa pueden crear un patrón de letargo y temor relacionado con el trabajo, lo cual puede impactar negativamente el desempeño de los estudiantes y su satisfacción laboral”, argumenta Jain.

Una última razón para contemplar comenzar la semana yendo a la oficina es el contacto y las conexiones humanas son claves para poner el tono del resto de la semana, pues fomenta que los trabajadores arranquen la semana con energía y propósito. “Cuando están juntos en persona, los empleados pueden ponerse en “modo trabajo” rápidamente y darle forma a la agenda de la semana por venir de forma colaborativa”, explica.

Pero aunque los beneficios puedan entenderse, combatir el ‘monday blues’ requiere de más que buenas razones. Por eso, te contamos qué puedes hacer para que los lunes sean sinónimo de felicidad.

Algunos consejos para que los lunes no sean sinónimo de miedo

  • Duerme bien y no pospongas levantarte

Un lunes más feliz, productivo y menos estresante y aterrador comienza la noche anterior. Es ampliamente conocido que la privación del sueño produce una cascada de efectos nocivos para la salud física y mental. Por eso procura tener mínimo siete horas de sueño para comenzar la semana. Pero tampoco duermas de más.

En la medida de los posible, evita apagar la alarma y seguir durmiendo 10 minutitos más. Se ha demostrado que esta práctica común puede prolongar la inercia del sueño (ese periodo de confusión y torpeza tras dormir) hasta en cuatro horas, haciendo que el lunes comience mucho más despacio de lo necesario.

  • Mueve el cuerpo

Cuando Joanna Coles era la editora en jefe de la revista Cosmopolitan contó en una entrevista para The New York Times que sus lunes debían comenzar con una caminata con su perro.

Precisamente, la actividad física no solo está relacionada con mejoras en la salud física, sino que se ha encontrado en varios estudios que nuestra capacidad mental está directamente relacionada con nuestra actividad corporal.

Entre otras, los beneficios de mover el cuerpo incluyen:

  • Concentración mejorada.
  • Memoria más aguda.
  • Facilidad de aprendizaje.
  • Ánimo mental prolongado.
  • Mayor creatividad.
  • Menor estrés.

Otro estudio de la Universidad Metropolitana de Leeds encontró que los empleados que iban al gimnasio tenían una experiencia en el trabajo distinta. “Reportaron manejar su tiempo más efectivamente, ser más productivos y tener interacciones más suaves con sus colegas. E igual de importante: se fueron a la casa sintiéndose más satisfechos al final del día”.

  • Evita reuniones en la mañana

Aunque el lunes por la mañana pueda parecer como el momento perfecto para una reunión, lo cierto es que se ha demostrado que el lunes es el día más productivo de la semana. Incluso es el momento para “ponerse al día” con las tareas atrasadas.

Por esto, pasar la mañana tomando notas y viendo a una pantalla no es la forma más energética y productiva en la que puedes aprovechar tu mañana. Así, de ser posible, las reuniones deberían tomarse en la tarde y otro día, pues esto les permitirá a los asistentes resolver asuntos antes y estar más presentes durante la reunión. Si es completamente imposible, podrías preparar la reunión el domingo anterior, como recomienda el escritor y autor del blog Porductivist, Mike Vardy.

Y hablando del momento de mayor productividad…

  • Programa trabajo que tenga resultados tangibles en lunes

“Haz tareas y proyectos que puedan ser completados y puedas chequear. Puede ser organizar tu escritorio, planear el mes que viene o alguna de esas tareas insignificantes para las que nunca tienes tiempo”, sugiere William Vanderbloemen, autor del libro Be the Unicorn: 12 Data-Driven Habits that Separate the Best Leaders from the Rest.

Esta recomendación se basa en la extensa investigación de la psicóloga comportamental Kelly Lambert, quien abandera la idea de que el trabajo manual, tangible y de resultados, altera la neuroquímica de nuestro cerebro lo suficiente como para relajarnos o activar nuestro pensamiento ejecutivo.

Piensa que lo que debes hacer no debe ser grande. Lambert pone como ejemplo tejer una bufanda, bordar o pintar. Si te aterra una gran tarea por resolver durante una semana, comienza el lunes haciendo una pequeña tarea que puedas completar en poco tiempo. Esto funciona como un pequeño detonante de motivación en tu cerebro para seguir con nuevas tareas, lo que se conoce como el principio del progreso.