En los negocios se habla usualmente de ‘llegar al sí’ al momento de cerrar un acuerdo, pero lograr decir que no puede ser tan importante como un sí. Nadie quiere defraudar a un colega o un jefe con un “no” como respuesta y tememos ser percibidos como personas a las que les cuesta ayudar o trabajar en equipo. Pero, ¿qué pasa cuando decir no es la mejor respuesta posible a una oportunidad? Por ejemplo, aceptar demasiadas cargas y tratar de sacar demasiados proyectos a la vez puede acercarnos al temido burnout. Incluso, decir que no también puede ser una jugada que le suma valor a tu organización.

“Decir no es vital tanto para tu éxito como para el de tu organización, pero eso no lo hace más fácil”, explica Holly Weeks, autora de ‘Failure to Communicate’. Pero no se trata de decir que sí a absolutamente todas las oportunidades que tienes como si fueras Jim Carrey. Más bien, se trata de aprender a establecer tus propios límites, los del proyecto en el que trabajas y los de tus compañeros de trabajo.

Por ejemplo, para Alicia Raeburn de Asana, decir que no es beneficioso para ti o tu empresa cuando:

  • No puedes cargar más responsabilidades.
  • Existen mejores soluciones o algo es innecesario o repetitivo.
  • La propuesta va en contra de tus valores o los de tu organización.
  • Quieres mostrar habilidades de liderazgo.
  • El proyecto comienza a generar resentimiento o molestia.

De hecho, no son pocos los expertos que, en lugar de enfocarse en ‘llegar al sí’ como principio comercial, se enfocan en ‘llegar al no’ como estrategia para el éxito. Pero, ¿cómo decir el odioso “no”?

Cómo decir que no sin sentir culpa

Aunque pueda ser cierto aquello de que “no hay buena manera de dar malas noticias”, la reportera de negocios y finanzas Rebecca Knight señala que sí hay pasos que se pueden dar durante una conversación para decir “no” de forma profesional.

  • Evalúa la petición 

Un “no” instantáneo no es lo mismo que un “no” como respuesta a un análisis de la petición. “Nunca digas no hasta que estés seguro”, recomienda Karen Dillon, coautora del libro How Will You Measure Your Life?. Por eso para ella las oportunidades deben evaluarse por lo interesantes, atractivas y emocionantes que sean. Además, evalúa si realmente puedes ayudar, lo cual puede significar reacomodar algunas prioridades o pedir que un colega te apoye. 

Hacer esta evaluación puede incluir que la persona que hace la petición te indique el contexto amplio del proyecto y el tamaño y la escala de este. Debes saber qué tan extensa e importante es la propuesta y qué tanto puede costarle al otro que respondas “no”. 

  • Sé directo

Si luego de hacer la evaluación resolviste que no tienes el tiempo o las capacidades para ayudar, sé honesto sobre estas razones. “Muchas veces las personas aducen razones muy ligeras y se quedan con las verdaderas causas por las que dicen que no porque creen que será muy duro”, afirma Weeks. 

Por esto, Dillon recomienda ser sincero y mantenerte siempre en el mismo mensaje. Si dudan de tus motivos, pueden explicar el trabajo que debes hacer y cómo decir que sí sería poner en riesgo tus responsabilidades y el nuevo proyecto.

  • Ofrece alternativas

En esta misma línea, tu respuesta también debería ser considerada y empática con la otra persona. Así, Dillon sugiere preguntar si existen formas más pequeñas de ayudar al proyecto, como ayudar en una lluvia de ideas o revisando los primeros borradores. La idea es que aún diciendo que “no”, logres transmitir tener espíritu de equipo.

  • No seas grosero, pero tampoco demasiado amable

Buena parte del secreto para decir no de forma correcta es balancear tus palabras y tono para sonar “amable, pero firme”. “No hagas sentir mal a la otra persona por pedir tu ayuda. La forma en la que dices no es muy importante”. Esto significa no hacer gestos ni ruidos de desagrado, sino buscar la forma más neutral de decir que no.

También es clave que no dejes en el aire la falsa esperanza de que este “no” podría eventualmente volverse un “sí”. “Existe la tremenda tentación de suavizar el no para tener una mejor respuesta. Pero cuando tu no eres dubitativo, ligero y maleable, da la impresión de “de pronto cambio de idea”. Y esto motiva a la otra parte a seguir insistiendo”, explica Weeks.

  • Practica

Tal como suena: decir no en voz alta sirve para hacerlo mejor. Por eso expertos recomiendan practicar para que cada vez sea más fácil. De hecho, está demostrado que decir no es una habilidad que se puede adquirir por medio de la práctica activa.

Peter Bregman sugiere comenzar a decir no en situaciones de poco riesgo; para Weeks, la práctica puede ser a solas, en tu carro, armario o con un amigo que pueda dar retroalimentación. La idea es lograr decir no de tal forma que las personas te respeten, tal como deben hacer a diario trabajadores como policías, abogados o jueces.

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Aún si seguiste al pie de la letra todas estas sugerencias, nada garantiza que la otra persona lo va a tomar bien. Por eso, un último consejo es: no te hagas falsas expectativas y recuerda que no puedes complacer a todo el mundo. 

Esto significa que entiendas que la otra persona pueda sentirse frustrada e, incluso, enojada por tu negativa. Pero esto no implica que sea algo personal en tu contra o que vaya a dejar de hablarte por siempre. Como explican Ron Ashkenas y Matthew McCreight:

“Lo que vale la pena recordar es que aprender a “llegar al no” es crítico para tu éxito y el de tu compañía. La eficiencia organizacional requiere canjes; y los gerentes son responsables de cuáles hacer cuando llegan nuevas responsabilidades. No son responsables de complacer a todo el mundo”.