Por Santiago Pérez, aprendedor del Master in Business & Technology de Collective.


Estrategia es una de esas palabras que escuchamos todos los días, aunque no todos los días la aplicamos.

Desde que somos junior nos repiten sin parar este término y hasta que nos convertimos en managers: “Hay que estar alineados con la estrategia” es lo que nos dicen desde el día uno en todos nuestros trabajos.

Y aunque es algo necesario y de lo que todo el mundo habla, pocas veces vemos aproximaciones metódicas a ella. Pareciera que la estrategia es algo que nos sucede, en lugar de algo que hacemos suceder.

Así lo he sentido en muchos de mis trabajos, y aún hoy es fácil olvidar, con el afán del día a día, la razón real por la que hacemos lo que hacemos.

Y es que la estrategia sirve, primero y antes que nada, para trazar un camino, un horizonte hacia el cual caminar.

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 Este artículo está basado en los aprendizajes del curso de Strategy del Master en Business & Tecnology.

Lo cierto es que, aunque todo lo que se dice sobre la estrategia suele sonar muy bonito y sencillo, realmente es uno de los retos más grandes a los que nos enfrentamos como profesionistas. Seguir un camino estratégico requiere tomarse el tiempo no solo para definirlo, sino para hacerle seguimiento y determinar si funciona o no para cumplir nuestros objetivos.

Muy pocas veces tenemos el tiempo o la dedicación para hacerlo, aunque siempre existen frameworks y metodologías que nos pueden ayudar a crear esa estrategia ganadora para un producto, empresa, o incluso para nuestra propia carrera profesional.

En mi experiencia, hay 3 principales problemas que surgen cuando formulamos una estrategia y el framework que vamos a ver más adelante disminuye el riesgo de caer en estos.

  • Lo primero que puede pasar es no saber por dónde empezar. Este es el típico problema en el que la estrategia puede confundirse con las tácticas o incluso con el propósito, cuando no es ni las unas, ni el otro.

Las tácticas son tareas específicas que se deben realizar para lograr un objetivo, mientras que el propósito es la aspiración final a la que se quiere llegar. Aunque ambos deberían estar contenidos en la estrategia, ninguno de los dos la define o reemplaza.

Tener un orden que permita comprender e hilar la estrategia de manera coherente es fundamental, por eso el framework que vamos a ver está basado en la metáfora de una “cascada” en la que se definen pasos específicos para llegar a la estrategia final.

  • El segundo error común que me he encontrado es planear y no ejecutar, o lo que es lo mismo, dejar que la estrategia viva solo en el papel y no en la realidad.

Esto sucede principalmente cuando no hay objetivos e indicadores lo suficientemente concretos para hacer seguimiento de las actividades. Si no medimos los resultados de lo que hacemos es imposible determinar si la estrategia funciona o no.

  • Esto nos lleva directamente al tercer error, que es pensar que la estrategia es estática y que pase lo que pase se va a mantener igual. El punto es que el mundo se mueve muy rápido, y como en todo hay cosas que no podemos controlar.

Por eso la estrategia es siempre un elemento vivo, que evoluciona, cambia e itera de acuerdo a los resultados.

Entonces, la “cascacada” nos va a ayudar, entre otras cosas, a evitar estos errores comunes. Empezando por dónde deberíamos para hacer que la estrategia sea coherente, definiendo hitos e indicadores clave para conocer su éxito e iterando a medida que encontramos nuevas y mejores maneras de ejecutar.

La metodología de la cascada para la planeación estratégica

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La metodología de la cascada se explica en detalle en el libro “Playing to Win”, escrito por A.G Lafley y Roger L. Martin. En este libro se comparten también historias reales sobre cómo se planea y ejecuta la Estrategia en compañías como Procter & Gamble.

Antes de empezar. Lo primero que se debe entender acerca de una estrategia es que siempre parte de una ELECCIÓN: “Strategy is Choice”.

Elegir una cosa es necesariamente dejar de elegir otra. La cascada no es nada más que un camino para tomar decisiones sobre los elementos centrales de un negocio.

Así se ve:

Playing to Win - A.G Lafley & Roger L. Martin

Como se ve en la imagen, cada elemento de la cascada corresponde a una decisión que es necesaria para establecer un valor diferencial claro y un camino a seguir para la compañía.

Si te das cuenta, la estrategia no es propiamente un plan, sino una idea completa plasmada y lista para ser ejecutada.

Es probable que para algunas de estas cuestiones ya tengas una respuesta clara, pero en otras puedas encontrarte con algunas cosas que no habías pensado con suficiente profundidad o que simplemente habías pasado por alto.

Y aunque responder cada pregunta individualmente resulta tremendamente valioso, el resultado final es realmente lo que representa la estrategia en pleno.

Hilar cada una de estas decisiones permite tener una idea clara sobre dónde está ubicada la compañía en un mercado frente a su competencia y cómo decide diferenciarse.

La aplicación de la estrategia en entonces el resultado de comprender el contexto y tomar las decisiones adecuadas para destacar en el mismo.

En el siguiente video se explica cada paso de la cascada con detenimiento:

Este es un resumen sobre lo que deberías tener en cuenta al tomar cada decisión de la cascada:

3 lecciones sobre estrategia

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 Estos son los 3 aprendizajes principales del curso de Strategy con Nora Patiño como mentora.
  1. La estrategia es una elección.

Muchas compañías se equivocan en sus estrategias por no estar enfocados. Como se dice popularmente: “el que mucho abarca, poco aprieta”. Es decir, tratar de ser buenos en todo es igual a no serlo en nada.

Elegir correctamente es lo que separa a los líderes excepcionales de los del promedio y eso implica aceptar que ser bueno en algo significa necesariamente no serlo en otra cosa.

2. Lo obvio no es el camino.

Al definir una estrategia, es fácil caer en la respuesta fácil, en creer que ya lo sabemos todo y que estamos perdiendo el tiempo que podríamos estar usando ejecutando.

Durante las sesiones apareció repetidamente el término “contraintuitivo”. Es decir, a la hora de hacer estrategia es importante pensar más allá de lo que creemos correcto. Lxs mejorxs estrategas mantienen a raya sus prejuicios (biases) y exploran alternativas diferentes.

3. Zoom in - Zoom out.

Uno de los grandes descubrimientos después de aplicar la metodología de la cascada es lo fácil que es ir de un punto a otro en detalle y luego hilar toda la historia para ver la estrategia plasmada.

La planeación estratégica a veces parece imposible y difícil de ejecutar, pero con esta metodología es fácil ver los puntos de conexión y revisar constantemente cómo la estrategia toma forma y coherencia.