El 2022 fue el año en que la IA despertó en la Tierra. Así podría comenzar alguna ficción distópica al estilo de Terminator, Matrix y Yo, Robot pero, por suerte, la realidad es mucho menos apocalíptica. De hecho, muchos expertos creen que una verdadera inteligencia artificial, al estilo de Skynet o GLaDOS, aún es una fantasía de la ciencia ficción.

Sin embargo, en 2022 sí hubo una evidente “explosión” de las inteligencias artificiales generativas, con proyectos que permitían a cualquiera generar imágenes aleatorias de alta calidad sin conocimientos artísticos, hasta un chat que cambiará la forma como usamos internet.

Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de IA y cómo afectará esta irrupción tecnológica a las empresas, sus modelos de negocio y hasta su generación de valor? Aquí un análisis que, si bien no es predictivo, nos puede ayudar a entender la dirección del fenómeno.


El camino de la IA

Desde hace muchos años venimos hablando de IA sin saber mucho en realidad sobre su aplicación, sino como una posibilidad distante y cinematográfica. Hasta que llegó el 2022 y en un año que creíamos que el metaverso sería el gran ganador, la IA emergió triunfante. Ahora podías generar una imagen única y profesional con solo algunas indicaciones escritas y generar textos fluidos y estructurados solo haciendo preguntas en un chat.

A ese tipo de tecnología la llamamos IA generativa, y hace parte de la categoría de machine learning, pues a través de procesos de aprendizaje, esta tecnología es capaz de producir contenido nuevo en una gran variedad de formatos: imágenes, audio, texto, video, código, entre otros.

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Conoce aquí la experiencia de Santiago Zavala, managing partner de 500LatAm, con la IA y sus predicciones para el futuro.

Y este es solo el comienzo. Los expertos aseguran que en este momento nos encontramos en una fase de desarrollo de la Inteligencia Artificial llamado Narrow Intelligence. Esto quiere decir que son inteligencias artificiales especializadas en una sola área. Por ejemplo, hoy tenemos computadoras que pueden ganarle un partido de ajedrez a un jugador profesional, pero solo se dedican a hacer eso.

Una vez superemos esta etapa, se espera que alcancemos la fase de General Intelligence, en la que la IA tendrá un nivel de inteligencia igual al humano y, posteriormente, podremos llegar a la Superintelligence, en la que las máquinas tendrán capacidades superiores a las humanas (pero falta mucho para esto).

A raíz de los desarrollos a los que tenemos acceso hoy en día,  se ha desplegado una revolución en el mundo del trabajo y los negocios. Por ejemplo, Fiverr, el famoso marketplace de servicios freelance, ya abrió una nueva categoría de servicios relacionados con IA, pues las búsquedas relacionadas con este tema dentro de la plataforma han aumentado 140% en los últimos seis meses.

Esta tendencia, de una u otra forma, empezará a tocar todos nuestros negocios. Bernard Marr, influencer de tecnología, asegura que la IA será la tecnología de mayor impacto de este siglo, por eso ninguna empresa puede ignorarla, y la compara con el efecto que tuvo la electricidad en la automatización de tareas diarias en los siglos XIX y XX. Ahora, la IA nos ayudará a desempeñar todo tipo de tareas, desde generación de contenido para las diversas plataformas de comunicación, hasta análisis de data para la toma de decisiones.

La pregunta entonces es: ¿cómo aprovechamos estas herramientas inteligentemente en nuestras empresas?


IA para las empresas: ¿no elegir es una buena decisión?

Para Santiago Zavala, managing partner de 500 LatAm, en el pasado, las empresas reaccionaban en blanco o negro ante el desarrollo de nuevas tecnologías: o las adoptaban completamente o nada. Con Blockchain, por ejemplo, la opción que tenías era incorporarlo en tu modelo de negocio o no hacerlo. Sin embargo, explica, la IA parece ofrecer puntos medios.

Para él, volcar todos los esfuerzos para crear algo nuevo con IA requiere alrededor de diez años solo en estudio. Además, los proyectos de desarrollo y creación de IA requieren mucho dinero; solamente OpenIA, la empresa creadora de ChatGPT, ha tenido una inversión de más de mil millones de dólares. Por lo tanto, apostarlo todo a nuevas IAs no es un lujo que muchos puedan darse.

La clave está, entonces, en que las startups sigan haciendo lo que hacen, pero revisen cuáles son las eficiencias que las IAs pueden ofrecerles y las implementen antes que sus competidores.

Para Pato Bichara, CEO de Collective, la pregunta que deben considerar los emprendedores es: ¿En cuál de mis procesos puedo aprovechar la IA: marketing y ventas, experiencia de usuario, operaciones, y estrategia o toma de decisiones?

La respuesta tendrá que ver con las particularidades de cada organización. Por ejemplo, una empresa puede encontrar una buena oportunidad al generar valor al cliente a través de una de estas API’s, y tal vez otra compañía puede adoptarlas para mejorar la eficiencia de sus trabajadores.

Esta postura “tibia” frente a abrazar las IA también se debe a que el negocio de estos softwares ya no está en su desarrollo. A diferencia de la fiebre de las criptomonedas, a la que casi cualquier persona puede entrar a competir, el negocio de desarrollo de software de inteligencias artificiales ya está consolidado, es restrictivamente costoso y los competidores tienen 10 y 20 años de experiencia.

Sin embargo, esta tecnología sí puede tener efectos favorables en las finanzas de muchos emprendimientos. Zavala cree que las IAs mejorarán tanto los procesos, que las empresas podrán hacer lo mismo con menos personas. Incluso aunque estas herramientas no sean gratis, el valor de retorno no tiene comparación.

Para Bichara, es en los copilots donde puede preverse el mayor impacto de las IA. “¿Qué puede pasar si se crea un copilot para todo lo demás? Uno financiero, de investment updates, etc. Creo que los programadores deben comenzar a pensar más hacia temas de valor agregado en la cadena de skills”.

Aún así, la tecnología sigue siendo y pareciendo muy novedosa. Pero esa no es la primera vez que sucede y tanto las empresas como los emprendedores deben saber adaptarse a los nuevos tiempos.