Son tiempos desafiantes para el aprendedor. Vivimos en un ecosistema de cambio acelerado que demanda aprender más rápido que nunca para mantenernos a la par de nuestros tiempos, pero, a la vez, el mismo entorno nubla nuestro foco y nos plantea un camino con más desvíos que nunca.

Bueno, no todo está perdido. En tu pobre cerebro sobredosificado de píxeles, notificaciones y estímulos necesarios, todavía queda cierta capacidad de aprender. Y esa puede usar para aprender a aprender otra vez.

Si pudiste mantener el foco hasta acá, es un buen indicio. Vamos a ir recorriendo de a poco las cuestiones que nos juegan en contra, y luego herramientas con las que contamos (que nunca fueron tantas) para torcer la ecuación aprendedora a nuestro favor.  

Empezamos con una frase del gran blog de Farnam Street, (indispensable para el aprendedor voraz) que puede cambiar tu perspectiva sobre el tema:

🪁
Enfocarse es un arte.

Mucho de (neuro) ciencia tiene también, claro está. Sin embargo, no existe al día de hoy una solución científica al problema del foco, sino múltiples fórmulas a medida de la mente de cada persona y de cómo esta vive y percibe el mundo. Así se logra una configuración óptima para aprender, a través de la experimentación y la creatividad.

Sin atención plena en lo que buscas aprender, no quedan conceptos sólidos, sino vagos términos inconexos entre lagunas que nos dejan más confundidos que antes. Entonces, ataquemos el problema del foco primero 🤺.

Según David Goleman, autor del librazo Focus: The Hidden Driver of Excellence, podemos dividir el foco en 3 clases.

🔎
Interior: Tu intuición, tus valores guía y toma de mejores decisiones.
↔️
Relacional: Tu conexión con otros.
↗️
Exterior: Tu navegación del mundo.
"Una persona sin foco interior no tiene timón, una ciega al mundo de los otros no tendrá ideas, y una indiferente a su entorno será siempre sorprendida por todo".

Por su parte, el Nobel Herbert Simon, como todo buen economista, no falla en ver la cuestión como una de oferta y demanda: sostiene que la información consume nuestra atención, y que a mayor información disponible, hay cada vez menos atención para consumir tanta información, Por eso, entramos en déficit.

Sin foco, no hay consumo eficiente de información, y entonces, no hay aprendizaje.

Sin embargo, tu desenfoque constante no es la única razón por la que no aprendes al ritmo que quisieras.

Un momento de confesión: el título "eres malo aprendiendo" no es para ser tomado literal. Fue para -si adivinaste- captar tu atención, y por ende tu foco, en un artículo que puede ayudarte a salir de tu mala racha de aprendizaje. No eres necesariamente malo. Pero si puedes estar fuera de forma.

Como dijimos anteriormente, el mundo te está repartiendo una mano ambigua: a tan solo un click tienes todo lo necesario para aprender, y también todo lo necesario para distraerte. La erosión de tu capacidad de prestar atención, ha desentrenado tu cerebro, y justamente por eso podemos verlo como un músculo más: por más que el primer día de gimnasio te cueste levantar hasta la barra sin pesos, si perseveras, tus músculos tienen la capacidad de eventualmente poder levantar más de 50 o hasta 100 kilos.

Por suerte tienes una membresía en el Collective Brain Gym* y te compartimos gratis tu primera rutina de reentrenamiento aprendedor, que con ciertas licencias, creamos a partir de este buen artículo de The Startup.

Ejercicio 1: Elegir una meta alcanzable, manteniendo la flexibilidad.

Para esto no viene nada mal la técnica de OKRs que explicamos en este artículo.

Ponte un objetivo inspirador, pero divídelo en tareas concretas y medibles que permitan trackear tu progreso de aprendizaje.

Ejemplo de Objetivo: "Quiero aprender a profundidad avanzada usos de blockchain en finanzas."

KR1: Completar curso online al respecto.

KR2: Leer un artículo relevante por semana, seguir la temática en Twitter, y suscribirme a los 3 canales de Youtube más destacados dentro de la temática.

KR3: Poder aplicar y validar con la técnica de Feynman el concepto "Relación entre finanzas y blockchain".

Con flexibilidad nos referimos a que recuerdes que aprendes para saber más y mejorar tu entendimiento del mundo: en el camino puede que se te despierten nuevos intereses que a su vez lleguen a nuevos destinos de aprendizaje.

Ejercicio 2: Aprender a precalentar el cerebro.

Así como estiras antes y después de correr, con el cerebro debes hacer lo mismo. Date al menos 15 minutos previos a una sesión de foco para meditar, reflexionar activamente o mira un video pertinenente al task que estás buscando solucionar. Actividad pasiva, pero sin distracciones.

Ejercicio 3: Diseña tu ambiente de foco.

Esto es muy personal: cada persona sintoniza con una combinación de entorno y estímulos diferente.

Vamos con un ejemplo trivial: quien escribe este artículo, en este mismo momento, está usando su técnica personal que llama "el método jazz".

Quince minutos antes de comenzar a escribir un artículo, se asegura de limpiar toda posible distracción de antemano: contesta mensajes urgentes, mails, y preavisa su ausencia si es necesario. Luego coloca el teléfono en "no molestar" (modo del que está cada vez más convencido que debería tener el teléfono la mayor parte del día).

Coloca al lado de la mesa todo lo que pueda necesitar durante esa hora: botella de agua, algún snack y demás.

Luego, pone en la televisión que tiene en frente algún resultado de la búsqueda de Youtube "continuous background graphics" que ayuda a que sus ojos puedan tener un punto de fuga extra cuando se cansan de mirar la pantalla en blanco.

Acto seguido, busca un disco de jazz moderno instumental, música que por algún motivo lo ayuda a concentrarse pero a su vez le resulta estimulante, que tenga una duración de una hora. Y acto seguido, cierra su Chrome personal y procede a escribir por la entera duración de ese disco teniendo completamente prohibido distraerse de su estudio de cualquier forma.

Lo interesante es que muchas veces se sorprende a sí mismo todavía trabajando enfocadamente media hora después del fin del disco.

Esto le funciona a quien escribe. Y es solo un ejemplo. Todas las variables pueden alterarse; el único punto es que crear un ambiente bueno para trabajar y agregar rutinas que se repitan, le dan a nuestro cerebro un andamio del cual asir su concentración.

(La prueba de que funciona para él es que estás viendo el artículo terminado en tiempo y forma. 😏)

Ejercicio 4: Cae en la logroadicción.

El logro: la única droga de la cual nadie quiere rehabilitarse. Trepar la curva de aprendizaje de algo es tramposo. Al principio, avanzas rápido y quizás subestimas un poquito el desafío. Luego chocas contra La Gran Pared de la Primera Dificultad. La pared donde abandona la mayoría, y donde las distracciones salen de todas partes del bosque a distraerte. Si logras pasar, felicitaciones, no solo lo lograste, sino que ahora tienes menos competencia. Y así sucesivamente, seguirás aprendiendo, a veces por un sendero con cierta inclinación, alguna bajada, luego otra Gran Pared. Pero en cada obstáculo que pasas, ganas un refuerzo positivo que te sirve para el próximo: que lo pudiste lograr, y que lo podrás lograr de nuevo si te esfuerzas y enfocas. Cuando pase mucho tiempo sin algún logro sustancial, alguna abstinencia sentirás, y saldrás a buscar nuevos desafíos.

Ejercicio 5: No subestimes la recuperación.

Discúlpanos la pesadez de seguir con la analogía del cerebro-músculo, pero la realidad es que así como descansas en el gimnasio antes de seguir la rutina, el cerebro necesita parar y oxigenarse. No hace falta que te digamos, ya sabes que dormir y alimentarte bien es importante. La meditación también lo es. Importante desarrollar la capacidad de reflexionar efectivamente, evitando que nuestra mente se alce en vuelo y vaya a cualquier parte.

Y sobre todo, descansar acorde, pero con inteligencia.

Es increíble lo diferente que tu cabeza puede tomar un descanso "bien ganado" de un descanso sin mérito. El primero lo disfrutas el triple, el otro, solo recarga energía pero no baja el estrés.


Aprender es arte, es ciencia, y es vida. Sin aprender constantemente, pocos motivos tenemos para esperar alegremente la llegada del futuro y sus cambios. Lo interesante, es que el propio cambio nos trae cosas nuevas y apasionantes que aprender y entender, y solo pide de nosotros el mindset adecuado para convertir esa incertidumbre en oportunidad.

Llegaste al final del artículo. Eso probablemente significa que estás haciendo algo por mejorar tu aprendizaje, o que el tema te inquieta. Esperamos poder haberte ayudado un poco.

En Collective, la inquietud por aprender no termina nunca, por eso literalmente tenemos un curso en nuestra maestría que se llama "Learning How To Learn", entre otros cursos de alto valor sobre negocios y tecnología. Date una vuelta por aquí para saber más.

*No es un gimnasio de verdad. Es solo un recurso de copywriting que puedes robar.