¿Fuiste alguna vez parte de un team building frustrado?
¿Crees que siempre dejaron a tu equipo en una posición mejor a la anterior?
¿Crees que las empresas los hacen por los motivos correctos, o que sólo es un afán por parecer modernas?

No es una novedad que muchas empresas deciden invertir en team building, apostando a realizar eventos fuera de la oficina como noche de bolos o cursos de cocina. A través de estas prácticas, buscan saldar una cuota difícil: que todas las personas del equipo se sientan representadas en un mismo grupo, fortaleciendo lazos entre ellos.

Carlos Valdes-Dapena, escritor, orador y CEO de Corporate Collaboration Resources, cuenta en un artículo de Harvard Business Review cómo estas dinámicas pueden resultar demasiado elaboradas y llevar gastos exorbitantes al fracaso, y abundan ejemplos de alto valor anecdótico como este:

"Un ejecutivo de ventas y marketing es llevado a Londres con 20 de sus colegas, alojado en un hotel caro, y luego coacheado para hacer el haka, un baile tradicional de Nueva Zelanda. Se suponía que este ejercicio debía construir relaciones sólidas y reforzar el espíritu de equipo. En cambio, incitó la vergüenza y el cinismo, dando como resultado final… la disolución del área en la empresa."

Entonces, ¿qué es lo que estamos haciendo mal en nuestras actividades de team building? Y lo más importante: ¿cómo podemos mejorarlas para lograr resultados exitosos?

Indaguemos los 5 errores más comunes a la hora de llevar el team building a nuestros equipos:

Error #1: no definir objetivos. ¿Para qué quiero generar acciones en conjunto?

El punto de partida de toda acción desplegada en un team building, debe ser la transmisión de confianza y mejora en las relaciones dentro de un equipo.

Debemos evitar asumir que toda persona que integra el equipo tiene los mismos lineamientos y expectativas en mente. Por lo tanto, tener objetivos claramente articulados es fundamental.

Algunas preguntas factibles de hacer:

¿Quiero fortalecer el funcionamiento de equipo vertical u horizontalmente?

¿Necesito integrar a diferentes áreas de la empresa, o necesito integrar líderes con liderados?

¿Qué características estoy intentando fortalecer en el grupo? ¿Identidad, resiliencia, pertenencia, comunicación?

¿Si el mayor trabajo en equipo ocurre con proveedores, no debería ser con ellos el team building?

No hay una actividad one-size-fits-all para todo equipo o situación. Pero tener claro que se buscan objetivos y por ende resultados, ayuda a enfocar la estrategia.

Error #2:  forzar situaciones incómodas.

Es clave que dentro de las tareas del líder, o la líder del equipo, esté sondear las actividades con las que, todas las personas se sientan cómodas y sean capaces de hacer. Se trata de generar dinámicas que puedan abarcar todos los intereses del conjunto y tener la posibilidad de que sean opcionales, para que nadie se sienta en la obligación de cumplir una tarea que le resulte apática.

En algún grado, no está mal moverse un poco de la zona de confort, pero si verdaderamente conocemos a nuestro team sabremos si prefieren actividades al aire libre, en la ciudad, lúdicas, deportivas, artísticas, y más.

Error #3: fomentar competencia no sana.

Si definimos nuestro objetivo en torno a mejorar o consolidar las relaciones humanas de un equipo, o generar mejor entendimiento, hay que promover  prácticas que se alejen de la competitividad intensa o rivalidad.

Escenas ficticias como el famoso team building de The Office en la playa, se han visto en la realidad en más de un par de ocasiones.

Por más que nos dividamos en equipos y compitamos, en la realidad jugamos todos para el mismo y no se tiene que perder esa perspectiva. Se trata de crear espacios distendidos, relajados y divertidos que no recompensen o juzguen excesivamente buenas y malas performances.

Error #4: no analizar los resultados de las actividades de team building.

Sería una pérdida de tiempo si después de llevar a cabo prácticas que fortalezcan los lazos del equipo no tomáramos en cuenta el feedback.
Por lo tanto, al final de cada actividad es fundamental idear formas de evaluar o destacar insights que pueden ser oportunidades para el crecimiento del equipo.
Por ejemplo, destacar los puntos fuertes y débiles que unen a los miembros del equipo, los roles que normalmente no ocupan y se pueden desenvolver, o las distintas capacidades de resolver problemas.
Ciertas preguntas deben hacerse tanto desde una perspectiva de análisis del organizador como encuestando a los propios participantes.

¿Descubrimos nuevas habilidades en miembros del team?

¿Lograron entablar conexiones nuevas?

¿Se sintió como algo útil?

¿Sugerencias u opiniones para el próximo?

Error #5: creer que las modalidades de trabajo híbridas o remotas no necesitan team building.

Según estimaciones de Upwork, para 2028 el 73% de todos los equipos incluirán trabajadores remotos. El rasgo más interesante de nuestro futuro de trabajo desde cualquier lugar no es lo que le hará a la “oficina” física, sino, lo la forma en que trabajamos en equipo.

Para eso, nuestro poder de adaptabilidad nos exige nuevas habilidades de comunicación y formas de relacionarnos con nuestro equipo.

El equipo de Atlassian por ejemplo, en su teamwork, lleva a cabo “Sesiones de lunes JAMM” en donde comparten historias y fotos de su fin de semana a través del chat, como puede ser slack u otro canal, pero con una vuelta de tuerca.

Cada entrada comienza con JAMM, just another manageable Monday. Por ejemplo, "¡JAMM porque llegué a una caminata increíble el sábado!"

En resumen: construir un equipo no es tarea fácil. Son muchas las variables que interactúan y no podemos controlarlas todas. Pero lo más importante, es que las empresas entiendan algo muy sencillo: el verdadero Team Building se practica todos los días puertas adentro de la organización. Está en cómo incentivamos al equipo a comunicarse. Está en las dinámicas de trabajo elegidas. Está en cómo hacemos circular el feedback entre miembros. Está en la diversidad del equipo, en todo sentido. Está en la cadena de responsabilidad que corre desde el liderazgo hasta cada parte.

Estas actividades de construcción de equipo son un extra, que bien hechas, pueden ayudar a acelerar un proceso que ya está en marcha desde el momento que el equipo se forma. Un stop en la cotidianidad que nos ayuda a cambiar la perspectiva.

Pero de nada sirve si los fundamentos no están en su lugar, y ese es un desafío mucho más relevante.