Imaginate, como un miembro más de un equipo, diciendo estas frases en una reunión:

·No lo sé
·No lo entiendo
·Cometí un error
·No estoy seguro/a de la situación
·Estoy preocupado o triste porque  ________
·Debo mejorar en esto

Ahora, imagínate siendo el líder del equipo.

Algo cambia ¿no?

Tu situación es exactamente la misma. Pero tu posición te “obliga” a mostrarte diferente. A armar una puesta en escena de tu seguridad, conocimiento, certeza ante una situación que te excede. Los otros miembros del equipo lo perciben. Y tú también lo sabes. Si tu como líder no te muestras vulnerable, entonces el resto del equipo seguirá tu ejemplo, creando un entorno donde no se sabe lo que nadie piensa, siente o quiere de verdad.

Podemos decir que la vulnerabilidad tiene un problema de percepción.

De la debilidad a la vulnerabilidad.

Probablemente, si se nos pide que asociemos la vulnerabilidad a un espectro de emociones, intuitivamente la colocaremos en la parte negativa, en alguna sección vecina a la debilidad, la vergüenza, la inhibición y el miedo.

Brené Brown (lead researcher de la Universidad de Houston y autora de 6 bestsellers #1 del New York Times) da a la vulnerabilidad este rol:

“La vulnerabilidad es el centro de las emociones difíciles pero también es el origen de cualquier emoción positiva”.

Es la herramienta que nos permite mantenernos abiertos, comunicativos y no recluirnos y levantar el escudo ante cualquier emoción - esté donde esté en el espectro. La vulnerabilidad es el mindset mediante el cual la aceptación y exteriorización de nuestras emociones nos expone ante el feedback loop externo y nos permite mejorar. El otro caso... es estar solos/as autoevaluándonos para siempre en un circuito cerrado. No parece una receta del éxito. Por eso, en las discusiones sobre ámbito laboral moderno, la vulnerabilidad está tomando una posición central. Veamos en qué aspectos.

Vulnerabilidad e incertidumbre

“We are looking for leadership, not certainty”
-Simon Sinek

Sería muy difícil argumentar que no nos encontramos en el período más incierto desde las últimas décadas. Cada vez que abrimos nuestro newsfeed predilecto, sabemos que ahí puede esperarnos una noticia que cambiará nuestra existencia para siempre - hay una serie de factores combinándose entre sí para dar resultados caóticos, solo basta con mirar alguno de estos temas:

#Pandemia #Vacuna #Variante #Cripto #Inmigración #Elecciones
#Mercado #Inflación #Economía

y acá estás tú, en un bote en medio de estas aguas temperamentales, liderando, siendo liderado, o ambas al mismo tiempo.

Cualquiera que pretenda saber hacia dónde se dirige todo, no comprende la magnitud de las variables en juego. Esto no significa que hay que soltar el timón y entregarse a la deriva. Significa que hay que trabajar como nunca antes en el liderazgo, porque es lo que permite mantener un curso firme y un equipo con sentido del propósito reconociendo a su vez la incertidumbre.

Solo que el liderazgo que pide la tripulación no es el mismo de antes.

¿Qué sentido tiene mostrarse sabio ante la ignorancia, convencido ante las dudas, “fuerte” ante la debilidad?

Lee este mensaje que cierto empresario envió a su equipo durante la pandemia.

“Estamos en territorio desconocido”, escribió. “Se sabe poco, y sé lo inquietante e incierto que se siente esto. Como muchos de ustedes, ha habido momentos en las últimas semanas en los que todo me ha resultado abrumador. Me preocupo por la salud y seguridad de mi familia, mis compañeros de trabajo y amigos. Mi esposa y yo nos preocupamos por sus padres ancianos, que están lejos de nosotros en la India. Veo la lucha en nuestra comunidad local y en todo el mundo, las calles y los restaurantes vacíos, y me pregunto cuándo se restaurará nuestro tejido social (...)

¿El empresario? Satya Nadella, CEO de Microsoft, votado el mejor CEO para trabajar con. El mensaje llegó a los casi 200.000 empleados del gigante tecnológico.

0% de falsa resolución, de “saldremos de esta juntos” sin saber cómo, de “hagámonos fuertes” y otros clichés.

100% de vulnerabilidad. Sienta las bases para que el resto pueda expresarse y abordar una situación compleja con confianza.

Vulnerabilidad y confianza

“Sin confianza no hay real colaboración. Meramente coordinamos, o a lo sumo cooperamos. Es la confianza lo que convierte un grupo de personas en un equipo.”
-Stephen Covey

Según un meta análisis de Bart de Jong (2016) de 7700 equipos, se comprobó una relación positiva entre el nivel de confianza entre equipos y el trabajo por logros de objetivos colectivos en vez de individuales. Demás está decir la relación entre innovación y trabajo en equipo.

Todos quieren innovación, especialmente en un tiempo de impredecibilidad. Pero si el liderazgo no genera un clima donde la innovación florece entonces nunca va a existir. Y para eso, se necesita confianza.

Si quieres generar un ambiente donde los miembros del equipo se sientan cómodos para expresar sus opiniones y colaborar en mejorar el proyecto, no tiene que existir una cultura en la que:

  • la idea/opinión del líder siempre es la mejor.
  • se juega la carta de la “última palabra” como método de tener razón.
  • se castiga más errar de lo que se premia acertar.
  • se da un “espacio para opinar” pero nuestra opinión / propuestas no son realmente tomadas en cuenta.
  • se encajona a los miembros del equipo dentro de un job description rígido

Si ves estos síntomas en tu espacio de trabajo, hay una evidente falta de vulnerabilidad. No es posible confiar en el criterio de personas que tienen sus emociones maniatadas. Si no hay vulnerabilidad, no hay confianza, y si no hay confianza, no hay innovación.

Vulnerabilidad e innovación

El liderazgo no tiene implícito el éxito en toda etapa del camino. De hecho, el “viejo” liderazgo estuvo siempre más marcado por evitar el fracaso que por lanzarse al éxito y esto marcó la cultura de los equipos. El miedo al fracaso y la consecuente aversión al riesgo paraliza e inhibe la capacidad de proponer, experimentar y mejorar.

La vulnerabilidad coloca los cimientos de la disposición a tomar riesgos y vivir con los resultados como continuo proceso de mejora, porque instala una cultura de ownership & accountability en vez de una de echar culpas.

La vulnerabilidad también es esencial para conseguir la humildad intelectual - un fundamento absoluto de la creatividad.

El expertise de cualquiera tiene límites - no significa que todos los reconozcan. La honestidad intelectual actúa en entender dónde mi aporte al proyecto termina y donde continúa el del siguiente miembro del equipo, y establecer una cadena de ownership saludable donde todos se sienten dueños, por ende responsables, de su etapa del proceso.

Empoderamiento de verdad. No un mero slogan.

Hacia un liderazgo más vulnerable:

Liderar con vulnerabilidad no sólo es importante para el/la líder. Setea la cultura organizacional del equipo en las bases correctas. Construye puentes de comunicación fluidos entre el equipo y sus líderes, sin el ruido estático que genera el ocultamiento de emociones verdaderas.

La vulnerabilidad es una señal inequívoca de inteligencia emocional. Genera empatía, palabra dorada de este tiempo, que genera un círculo virtuoso de feedback en el que las partes del sistema ganan autonomía y la ejercen con responsabilidad, cuidando otras partes del equipo en el proceso.

Desarrollarla no es fácil, por eso es un aspecto clave de la parte de soft skills de nuestro Master in Business & Technology, donde contamos con mentores y contenido especializados en la materia. Venimos de un mundo que nos enseñaba lo contrario, junto con tantos otros aspectos del liderazgo, por eso lo llamamos Collective Shift.

Sin embargo, ya puedes empezar a ser más vulnerable hoy de manera inmediata: con un “mala mía” o “no lo sé”, o “no estoy teniendo un buen día”  la próxima vez que erres o desconozcas algo,  ya es un paso en la dirección correcta.