Se cuenta que el físico y matemático Arquímedes gritó “¡Eureka!” al descubrir cómo medir el volumen de un cuerpo irregular. Como el sabio griego, muchos profesionales experimentan este tipo de revelaciones que les permiten notar particularidades que otros no pueden ver. En el mundo empresarial, a este tipo de comprensiones sobre el mundo se las conoce como revelaciones o comprensiones estratégicas (strategic insights).

De acuerdo con Greg Githens, coach y experto en pensamiento estratégico, investigaciones sobre el funcionamiento cerebral muestran que estas comprensiones estratégicas ocurren en una región del hemisferio cerebral derecho; área encargada de comprender información verbal, entre otras funciones relacionadas con la lógica y el análisis.

Para este experto, los estrategas tienen la capacidad de pensar de forma sistemática, conceptual, imaginativa y oportuna para conseguir éxito en el futuro. Pero, ¿de qué se trata este tipo de pensamiento?

¿Qué es un insight o comprensión estratégica?

El pensamiento estratégico ofrece insumos para utilizar en procesos de gerencia y planeación. Así, la función de los estrategas es producir perspectivas y análisis. “Comprender o tomar conciencia es lo que ocurre cuando una persona se da cuenta de ‘la verdadera naturaleza de una cosa’, y su posible relación con otros factores contextuales”, explica Githens.

Por lo tanto, esta revelación o conciencia estratégica es central para la planeación y estrategia de negocios. Esta aproximación está centrada en un propósito, pues el estratega busca crear una ventaja futura. Algunos ejemplos de este tipo de revelaciones o comprensiones estratégicas pueden ser:

  • Cuando un comercializador se da cuenta de que las necesidades de sus consumidores no son satisfechas por sus productos, procesos o servicios actuales.
  • La comprensión de un empleado de que una nueva regulación o ley alterará completamente la industria de la empresa donde trabaja.
  • Un auditor que se da cuenta de que cierto patrón de transacciones evidencia fraude.
  • Un ingeniero o científico que toma conciencia de que tiene un descubrimiento nuevo.

¿Qué es un factor contextual? 

Por definición, un factor contextual es algo externo a la organización. Algunos ejemplos pueden ser los avances tecnológicos, factores económicos como el precio de una divisa, o incluso una tendencia social. 

Por ejemplo, “el vodka Absolut tenía información sobre que sus clientes compraban este licor para tomar en fiestas en casas y hogares. ¿Por qué? Resulta que muchas personas compran una marca particular de alcohol porque lo relacionan con una anécdota personal. En este caso, la comprensión o insight consiste en darse cuenta de que contar o evocar esta anécdota con humor o empatía le permite a la compañía crear productos y desarrollar estrategias de mercadeo a su alrededor”, explica Githens. 

Características del pensamiento estratégico.

Además, tal como describe el ex decano de la Escuela de Administración Rotman de la Universidad de Toronto, Roger Martin, el pensamiento estratégico tiene cuatro características principales

  1. Busca influenciar lo que no está bajo tu control. El pensamiento estratégico reconoce que la principal tarea de las estrategias es influenciar a su favor variables que la persona no controla. Usualmente, estas variables son los clientes.  
  2. Consume todo tipo de información. Este tipo de pensamiento demanda desenvoltura con información ajena al mundo empresarial. Según Martin, el objetivo es influenciar el comportamiento de los consumidores en el futuro, por lo que es prudente tener un amplio rango de información sobre el mundo, incluso si no es cuantificable o estadísticamente relevante.
  3. Potencia el razonamiento abductivo. A diferencia de la lógica deductiva o inductiva, esta manera de razonar no es comúnmente enseñada. En pocas palabras, el pensamiento abductivo consiste en inferir la mejor explicación posible con la información disponible. 
  4. Considera múltiples variables simultáneamente. Los estrategas no pueden permitirse atender las posibilidades de manera secuencial, sino al mismo tiempo. Por ejemplo, asuntos relacionados con los clientes, la competencia o  la organización. 

El parámetro para evaluar el valor de un insight estratégico

Si bien hemos dicho que los strategic insights pueden verse como un “Eureka” o como la epifanía de un nuevo descubrimiento, para Githens estos episodios no son comunes. “En lugar de confiar únicamente en la intuición o inteligencia, evalúo el valor del insight con dos criterios: relevancia y significado”.

Una comprensión relevante es aquella que está conectada con la situación actual, futura y con el puente entre ambas. Idealmente, debe crear un sentido de alineación. 

Una comprensión significativa es la que le da sentido a la narrativa. En este caso Githens suele imaginarse explicando cómo crear una estrategia exitosa. Expresar este tipo de comprensiones del mundo puede mejorar su función y poder motivacional.

Tres tipos de comprensiones necesarias para las estrategias de negocios

Si bien el pensamiento estratégico no se limita al ámbito profesional o de trabajo, en la industria hay tres comprensiones que las organizaciones deben buscar:

  1. Conciencia sobre la situación actual: ¿Cuáles son los problemas y oportunidades y cuáles son las aspiraciones y motivaciones de los actores clave?
  2. Conciencia sobre el futuro: ¿Qué será o puede ser diferente y preferido por los consumidores? Dado que la elección del consumidor es una de las decisiones más decisivas para la estrategia, ¿qué tipo de clientes es más conveniente buscar? 
  3. Conciencia sobre cómo cerrar la brecha entre el presente y el futuro: Este tipo de comprensión involucra la resolución de problemas, considerando un rango amplio de dificultades o impedimentos: como la respuesta a la competencia, la voluntad política, los recursos disponibles y la propia organización. 

¿Cómo mejorar esta habilidad?

Githens advierte que no hay un libro de recetas mágicas para comenzar a tener estos momentos “Eureka”. Por eso, ofrece cinco consejos para motivar a las personas a intentarlo con paciencia.

Preparación: Identifica los problemas, recolecta y categoriza información y reúne recursos.

Análisis: Busca activamente relaciones y patrones en los datos e información que consumes. Continuamente pregúntate y trata de re-enmarcar tus ideas para encontrar nuevas perspectivas. Es importante profundizar en lo que te interese, así como probar su validez.

Desapego: También es importante alejarse de todos estos asuntos y permitir que, inconscientemente, pienses y trabajes en estos.

Articulación: Explica el núcleo de la situación a otros e intenta buscar salidas con pruebas de ensayo y error.

Refinamiento e iteración: debes convertir esto en una práctica diaria y volver a realizar todas las otras actividades.