Durante sus años como maestra, Angela Duckworth notó algo intrigante: sus estudiantes más inteligentes no necesariamente se desempeñaban mejor académicamente. Esta observación la llevó a preguntarse: ¿qué tal si la vida es más como una maratón que como una carrera de velocidad? La psicóloga creía que cualquier alumno podría aprender temas difíciles con el tiempo y la dedicación necesaria. Así, comenzó a pensar que desempeñarse bien en el colegio, así como en la vida, depende de otra cosa que simplemente en la capacidad de aprender rápida y fácilmente.
Con esto en mente, Duckworth regresó a investigar qué tienen en común las personas que son consideradas exitosas en distintos campos y contextos. Sus investigaciones le mostraron que, en la mayoría de los casos, había una cualidad constante: la determinación o Grit.
¿Qué es el Grit o la determinación?
Según cuenta en su libro ‘Grit: El poder de la pasión y la perseverancia’, Duckworth se acercó a la Escuela Militar de West Point para tratar de predecir cuáles cadetes permanecerían en el entrenamiento militar y quiénes lo abandonarían; también estudiaron la Liga Nacional de Deletreo para predecir cuáles niños llegarían más lejos en la competencia; quisieron ver cuáles profesores novatos seguirían enseñando en entornos difíciles al final de año; y también estudiaron en empresas privadas qué vendedores tendrían trabajo y ganarían más dinero.
En todos estos distintos contextos, explica la psicóloga, una característica emergió como un “importante predictor de éxito”: la determinación (Grit, en inglés).
“La determinación o Grit es pasión y perseverancia para lograr metas a muy largo plazo. Determinación es tener resistencia. Determinación es aferrarse a tu futuro día tras día; no solo una semana, no solo un mes, sino durante años. Y trabajar muy duro por hacer ese futuro una realidad”, explica Duckworth.
Con base en sus hallazgos, Duckworth sugiere una fórmula para entender la filosofía del Grit:
- Talento x esfuerzo = habilidad.
- Habilidad x esfuerzo = logros.
Otro de sus experimentos se dio en las escuelas públicas de Chicago. En ellas, Duckworth entregó cuestionarios sobre la determinación a miles de estudiantes y esperó años para revisar sus resultados.
Según cuenta, encontró que los jóvenes con mayor determinación tenían “posibilidades significativamente mayores de graduarse”, incluso comparado con otras características contextuales, como los ingresos familiares o los resultados de sus pruebas académicas.
El mito del talento
A partir de esta reflexión, Duckworth analizó el peso que puede tener el talento para tener éxito. Si bien el talento es la rapidez con la que mejoran las habilidades cuando hay esfuerzo, los logros y el éxito personal ocurren cuando aplicas estas habilidades. La determinación surge, finalmente, haciendo un esfuerzo continuo y prolongado hacia metas a largo plazo.
Aunque la psicóloga reconoce que el talento innato puede existir, afirma que no es una garantía de éxito a largo plazo. De hecho, Duckworth sostiene que el talento no tiene que ver con comprometerse en el largo plazo. Incluso, sus datos muestran que este puede ir en contra de desarrollar determinación, pues la investigadora ha encontrado que cualquier persona puede cultivar su determinación.
“Sin esfuerzo, el talento no es más que nuestro potencial sin manifestarse. Sin esfuerzo, nuestra habilidad no es más que lo que podríamos haber hecho y no lo hemos hecho. A base de esfuerzo, el talento se convierte en habilidad y al mismo tiempo, el esfuerzo hace que esta se vuelva productiva”, sostiene la psicóloga.
En su libro, incluso, la psicóloga propone que el esfuerzo es dos veces más efectivo para lograr cosas a largo plazo que el talento. “Alguien con el doble de talento y la mitad de esfuerzo que otra persona alcanzará el mismo nivel de habilidad, pero a la larga rendirá mucho menos.”, sostiene.
A pesar de estos descubrimientos, Duckworth sostiene que es demasiado poco lo que la ciencia sabe sobre cómo se desarrolla la determinación.
La determinación o Grit se puede desarrollar
La ciencia ha mostrado que la capacidad humana para aprender no tiene límites. Nuestro cerebro tiene la capacidad de amoldarse a nuevas circunstancias en poco tiempo y siempre podemos potenciar nuevas habilidades. Por lo tanto, así como aprender a tocar piano, la determinación también puede cultivarse.
En su libro, Duckworth repasa cuatro características que ha notado en las personas que tienen alta determinación: tienen una fascinación, practican a diario, siempre tienen sus metas en mente y están convencidos de que aprender y mejorar es posible.
- Desarrolla una fascinación. Como ejemplo pone al científico Charles Darwin, quien aunque trabajó en muchas áreas, tuvo constantemente en su cabeza la duda que lo llevaría a proponer la Teoría de la Evolución.
- Trata de mejorar todos los días. Todos. Se trata de competir contigo mismo y ser solo un poco mejor que el día anterior. Para Duckworth, un refrán capital sobre la determinación es: “Quiero mejorar sin importar lo que necesite”, sin importar lo bueno que seas en algo.
- Recuerda el gran propósito de todo esto. Una encuesta hecha por Duckworth a 16.000 estadounidenses, mostró que las personas que hacen cosas por propósito, también sienten placer al hacerlas. Además, a mayor nivel de propósito, mayor nivel de compromiso. “Las personas más determinadas ven sus propósitos de vida, como algo conectado a un mundo más allá de ellas”, sostiene.
- Adopta una mentalidad de crecimiento. Fallar no es una condición permanente, sino que se puede mejorar, así se puede resumir la llamada mentalidad de crecimiento. Hemos explorado más a fondo esta teoría en este texto, pero su idea fundadora es la plasticidad neuronal de nuestro cerebro, que implica que nuestra capacidad para aprender no es fija, sino que puede mejorarse con retos y esfuerzo.
Estos descubrimientos retan varios mitos y creencias populares sobre el talento y su relación con el éxito. De esta manera, Duckworth ha mostrado no solo que la determinación y el esfuerzo pesan más que el talento para lograr metas a largo plazo, sino que es posible cultivar nuestra capacidad de perseverar y ser dedicados para alcanzar una meta.